y mi mano ha hallado, cual nido, las riquezas de los pueblos: y como cualquiera recoge los huevos desamparados, así he recogido yo los tesoros de toda la tierra: y no hubo quien moviese ala, ni abriese el pico, ni chirriase.
En cuanto a tu terribilidad, te ha engañado la soberbia de tu corazón, ¡oh tú que habitas en las hendiduras de la peña, tú que tienes asida la cima del collado! pues aunque pusieres tu nido tan alto como el águila, de allí te haré bajar, dice Jehová;
Aun cuando se remontare Babilonia hasta los cielos, y por mucho que fortalezca la elevación de su poderío, de mi parte le vendrán quienes la despojen, dice Jehová.