Pues a la verdad estuvo enfermo, a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, y no tan sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
¶Estamos en la obligación, hermanos, de dar gracias siempre, a causa de vosotros, como es digno; por cuanto se aumenta sobremanera vuestra fe, y el amor mutuo de cada uno de todos vosotros, abunda;
¶Pero estamos en la obligación de dar gracias a Dios, respecto de vosotros, hermanos, amados del Señor, por haberos escogido Dios, desde el principio, para salvación, en santificación del Espíritu y en creencia de la verdad;
¶Pero ante todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por otro juramento alguno; sino que vuestro sí sea sí; y vuestro no, no; para que no caigáis en condenación.
Antes bien, creced en la gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria, tanto ahora como en el día de la eternidad. Amén.
Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (mas tú eres rico), y sé la blasfemia de los que dicen que ellos son judíos, y no lo son, sino antes son una sinagoga de Satanás.