Entonces tendiendo Arauna la vista, vió al rey y a sus siervos que venían hacia él; con lo cual salió Arauna, y postróse delante del rey, rostro a tierra.
Porque alzando los ojos miró, y he aquí que tres varones estaban en pie cerca de él; y cuando los vió, corrió a recibirlos, desde la puerta de su tienda, e inclinóse a tierra,
al día tercero acaeció que, he aquí, un hombre vino del campamento de los de Saúl, rasgados sus vestidos y con tierra sobre su cabeza. Y fué así que al llegarse a David, postróse en tierra e hizo reverencia.
Y dijo Arauna: ¿Por qué viene el rey mi señor a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti la era, a fin de edificar allí un altar a Jehová, y hacer que se detenga la plaga que asuela al pueblo.
Ella entonces cayó sobre su rostro, postrándose en tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos, para que hagas caso de mí, extranjera como soy?