Él entonces se puso en pie, e hirió a los Filisteos hasta que se le cansó la mano, y quedó su mano pegada con la espada: y obró Jehová gran salvación aquel día; y el pueblo volvió en pos de él tan sólo para tomar los despojos.
Este estaba con David en Pasdamim, en donde los Filisteos estaban reunidos para la batalla; y había allí un pedazo de terreno lleno de cebada; y el pueblo huyó delante de los Filisteos.