Y puso tinieblas por pabellones en torno de sí; colección de aguas, densas nubes del cielo.
E inclinó los cielos y descendió, y había tinieblas espesas debajo de sus pies.
Y luego que oyó Ben-hadad esta respuesta, estando bebiendo, él y los reyes, en los pabellones, dijo a sus siervos: ¡Poneos en orden! y se pusieron en orden contra la ciudad.
¿Habrá también quien entienda las desplegaduras de sus nubes, los estruendos de su pabellón?
Porque él me esconderá en su pabellón en el día de calamidad; me encubrirá en lo recóndito de su Tabernáculo; sobre una roca me pondrá en alto.
Nubes y tinieblas están al rededor de él; justicia y juicio son el asiento de su trono.