Entonces vinieron los hombres de Judá, y ungieron allí a David por rey sobre la casa de Judá. ¶Y dieron aviso a David, diciendo: Los hombres de Jabés-galaad son los que dieron sepultura a Saúl.
¶Por tanto el rey David envió a Sadoc y a Abiatar, los sumos sacerdotes, diciendo: Hablad con los ancianos de Judá, diciendo: ¿Por qué sois vosotros los postreros en hacer volver al rey a su casa? pues que la palabra de todo Israel viene llegando al rey, para hacerle volver a su casa.
Entonces respondieron todos los hombres de Judá a los hombres de Israel: Por lo mismo que el rey es pariente cercano nuestro; ¿por qué pues habéis de irritaros por eso? ¿Por ventura nosotros hemos comido algo a costa del rey? ¿o nos ha hecho él algún regalo?
Y ahora sean esforzadas vuestras manos, y sed hombres valientes; pues que ha muerto ya Saúl vuestro señor, y también la casa de Judá me ha ungido a mí por rey sobre ellos.
Entonces fué David y tomó los huesos de Saúl, y los huesos de Jonatán su hijo, de los vecinos de Jabés-galaad, que los habían quitado furtivamente de la plaza de Bet-sán, donde los habían colgado los Filisteos, en el día que los Filisteos mataron a Saúl en Gilboa:
¶Mas cuando oyeron los Filisteos que habían ungido a David por rey sobre Israel, todos los Filisteos subieron en busca de David. Y cuando lo supo David, descendió al lugar fuerte.
Vinieron pues todos los ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David celebró pacto con ellos en Hebrón, delante de Jehová; y ellos ungieron a David por rey sobre Israel.
Joiada sacó entonces al hijo del rey, y puso sobre él la diadema real, y entrególe el libro del testimonio. Así le hicieron rey, ungiéndole; y dieron palmadas, y dijeron: ¡Viva el rey!
Así pues vinieron todos los ancianos de Israel al rey, a Hebrón; y el rey David hizo pacto con ellos en Hebrón delante de Jehová; y ellos ungieron a David por rey sobre Israel, conforme a la palabra de Jehová por conducto de Samuel.
¶Y estos son los números de los escuadrones de dos expeditos para la guerra, que vinieron a David en Hebrón, para hacer pasar a él el reino de Saúl, conforme al mandamiento de Jehová.
Y Samuel tomó el cuerno de aceite, y le ungió en medio de sus hermanos: y apoderóse el Espíritu de Jehová de David desde aquel día en adelante. Luego Samuel se levantó y fué a Ramá.