En seguida Abner y sus hombres anduvieron por el Arabá toda aquella noche, y pasando el Jordán, caminaron por todo el Bitrón, y así llegaron a Mahanaim.
Joab también volvió del perseguimiento de Abner; y cuando se hubo reunido toda su gente, echaron menos de los siervos de David diez y nueve personas además de Asael.
Porque entraron en la casa, y él estaba tendido sobre su cama, en su cámara de dormir, y le hirieron, y le mataron, y le quitaron la cabeza; luego tomaron su cabeza y anduvieron, camino del Arabá, toda aquella noche.
¡Hasta que refresque el día y declinen las sombras de la tarde, vuelve, oh amado mío, sé como el corzo, o como el cervatillo, sobre las montañas escarpadas!