Por lo cual el pueblo se entró en la ciudad a hurtadillas en aquel día; lo mismo que suele entrar a hurtadillas la gente avergonzada cuando huye en la batalla.
¿Por qué encubriste tu fuga, y te escapaste de mí secretamente, y no me avisaste para que te enviase con festejos y con canciones, con tamboriles y con arpas;
Y fué el caso que la victoria en aquel día se trocó en duelo para con todo el pueblo; porque el pueblo oyó decir en aquel día: ¡Acongojado está el rey por su hijo!