Entonces Ahimaaz hijo de Sadoc tornó a decir a Joab: Como quiera que sea, correré yo también, con tu venia, tras el Cusita. A lo que le dijo Joab: ¿Para qué has de correr tú, hijo mío? pues no vas a recibir premio de buenas nuevas.
¶Y David estaba sentado entre las dos puertas; y el atalaya fué al techo de la puerta, sobre el muro, y alzando los ojos, miró, y he aquí un hombre que venía corriendo solo.