Asimismo Absalom envió y llamó a Ahitofel gilonita, consejero de David, desde su ciudad de Gilo, en tanto que él ofrecía los sacrificios. Y era fuerte la conspiración, porque iba creciendo por instantes el pueblo que seguía a Absalom.
Y tornó a decir: ¿A quién he de servir? ¿no ha de ser en presencia del hijo? Pues bien, a la manera que he servido en presencia del padre, así serviré en tu presencia.
Y Ahitofel respondió a Absalom: Llégate a las concubinas de tu padre, las cuales él ha dejado para cuidar de la casa; y oirá todo Israel que eres odioso a tu padre; con lo cual se harán fuertes las manos de todos los tuyos.
Vamos pues, portémonos astutamente con él, no sea que siga multiplicándose, y suceda que en ocurriendo guerra, se úna él también a nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.
¡Ay de los que ahondan el consejo, a fin de ocultarlo a Jehová, y cuyas obras están envueltas en tinieblas; y dicen: ¿quién nos ve? y ¿quién nos conoce?