¶Y sucederá en su lugar un hombre despreciable, a quien no le habrán dado el honor del reino; sino que entrará en medio de seguridad, y se apoderará del reino por medio de halagos.
porque los tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus mismos vientres; y con palabras melosas y adulaciones, engañan los corazones de los sencillos.
También en avaricia, con palabras engañosas, harán tráfico de vosotros; el juicio de los cuales ya de largo tiempo atrás no se tarda, y su destrucción no se duerme.