mas si volvieres a la ciudad y dijeres a Absalom: ¡Siervo tuyo, oh rey, voy a ser yo! ¡siervo de tu padre he sido en tiempo pasado, mas ahora seré tu siervo! entonces me podrás frustrar el consejo de Ahitofel.
De edad de ochenta años soy el día de hoy: ¿podré acaso distinguir más entre lo bueno y lo malo? ¿o podrá tu siervo gustar ya lo que come y lo que bebe? ¿o puedo más oír la voz de cantores y de cantoras? ¿Para qué pues ha de ser tu siervo una carga a mi señor el rey?