¶Entretanto David subía la cuesta del Monte de los Olivos, y subía llorando, cubierta la cabeza y andando descalzo. Asimismo toda la gente que iba con él, se cubría cada cual la cabeza; ellos también subían, y subían llorando.
¶Por tanto el rey David envió a Sadoc y a Abiatar, los sumos sacerdotes, diciendo: Hablad con los ancianos de Judá, diciendo: ¿Por qué sois vosotros los postreros en hacer volver al rey a su casa? pues que la palabra de todo Israel viene llegando al rey, para hacerle volver a su casa.
cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos de Abitar el sacerdote, y comió los panes de la proposición; de los cuales no es lícito a nadie comer, salvo a los sacerdotes; y dió también a los que con él estaban?