¶Dijo además el rey a Sadoc sacerdote: ¿No eres tú vidente? Vuelve pues a la ciudad en paz, y vuestros dos hijos con vosotros, Ahimaaz tu hijo, y Jonatán hijo de Abiatar.
mas si volvieres a la ciudad y dijeres a Absalom: ¡Siervo tuyo, oh rey, voy a ser yo! ¡siervo de tu padre he sido en tiempo pasado, mas ahora seré tu siervo! entonces me podrás frustrar el consejo de Ahitofel.
He aquí que ellos tienen allí a sus dos hijos, Ahimaaz hijo de Sadoc, y Jonatán hijo de Abiatar, por conducto de quienes me enviaréis todo lo que pudiereis saber.
Es de saber que Jonatán y Ahimaaz se quedaban junto a En-rógel; porque no podían dejarse ver entrar en la ciudad; por lo cual una criada fué y se lo dijo; y ellos se iban ya para dar aviso a David.
¶Entonces Ahimaaz hijo de Sadoc dijo a Joab: Correré, con tu venia, y llevaré al rey las buenas nuevas de cómo le ha hecho justicia Jehová, librándole de mano de sus enemigos.
Aun estaba él hablando, cuando he aquí a Jonatán, hijo del sacerdote Abiatar, que acababa de llegar. Entonces dijo Adonías: ¡Entra, porque hombre valiente eres, y traes buenas nuevas!
Entonces él le dijo: Mira, te ruego; hay un varón de Dios en esta ciudad, que es un hombre insigne; todo cuanto él dice, se verifica sin falta. Ahora pues, vamos allá; quizá él nos dirá el camino por donde debemos andar.
(Antiguamente en Israel cuando iban los hombres a consultar a Dios decían así: Venid y vayamos al vidente; porque al profeta de hoy, se le llamaba anteriormente el vidente.)