Mas Itai respondió al rey, diciendo: ¡Vive Jehová, y vive mi señor el rey, que dondequiera que estuviere mi señor el rey, ora para muerte, ora para vida, allí también estará tu siervo!
Y todo el país lloraba a grandes voces en tanto que toda la gente pasaba. Y mientras tanto que el rey iba pasando el torrente Cedrón, y toda la gente pasaba adelante por el camino del desierto,