¿No me dijo él mismo: Mi hermana es; y ella, pues también ella dijo: Es mi hermano? Con sencillez de mi corazón, y con inocencia de mis manos, he hecho esto.
¿Acaso pues comencé yo hoy a consultar por él a Dios? ¡Lejos sea de mí! No impute el rey a su siervo cosa mala, ni a toda la casa de mi padre; porque no sabía tu siervo de todo esto cosa alguna, chica ni grande.
Luego que entréis en la ciudad, al momento le encontraréis, antes que suba al alto para comer; pues no comerá la gente hasta que él haya venido; porque él suele bendecir el sacrificio, y después de esto comen los convidados. Subid pues ahora; que hoy mismo le habéis de encontrar.