¶Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Y ella respondió: A la verdad que soy una mujer viuda, pues que se me ha muerto mi marido.
Mas Dios oyó la voz del muchacho; y el Ángel de Dios llamó a Agar, desde los cielos, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
Y levantándose ella, se fué, y quitó el velo de sobre sí, y vistióse los vestidos de su viudez.
Y cuando aquella mujer de Tecoa habló al rey, cayó en tierra sobre su rostro, haciendo reverencia, y dijo ¡Socorro, oh rey!
Y tenía tu sierva dos hijos, los cuales riñeron en el campo, y no habiendo quien los despartiese, el uno hirió al otro y le mató.