Entonces le respondió Judá, diciendo: Solemnemente nos protestó aquel hombre, diciendo: No veréis mi rostro, sin que venga vuestro hermano con vosotros.
Y su hermano Absalom le dijo: ¿Tu hermano Amnón ha estado contigo? Pues por ahora calla, hermana mía; que tu hermano es; no hagas caso de esto. Y Tamar se quedó desolada en casa de su hermano Absalom.
Y él respondió: Bueno, yo celebraré pacto contigo. Esto no obstante, una cosa te exijo, y es, que no verás mi rostro, sin que traigas primero a Micol hija de Saúl, cuando vinieres a ver mi rostro.