¶Entretanto se fugó Absalom. Alzando entonces los ojos el mancebo que estaba de atalaya, miró, y he aquí mucha gente que venía por un camino a sus espaldas, en la falda de la montaña.
Y aconteció que como él acabase de hablar, he aquí a los hijos del rey, que acababan de llegar. Y alzando la voz, lloraron; y el rey también y todos sus siervos lloraron con llanto muy grande.