¶Y aconteció que a los dos años cumplidos, Absalom hacía el esquileo de sus ovejas en Baal-hazor, que está junto a Efraim; y Absalom convidó a todos los hijos del rey.
Y él ha sacrificado novillos y animales engordados y ovejas en abundancia, y ha convidado a todos los hijos del rey, y al sacerdote Abiatar, y a Joab, jefe del ejército; pero a Salomón tu siervo no le convidó.
Porque ha descendido hoy, y ha sacrificado novillos y animales engordados y ovejas en abundancia; y ha convidado a todos los hijos del rey, y a los capitanes del ejército, y a Abiatar sacerdote; y he aquí que están comiendo y bebiendo delante de él; y dicen: ¡Viva el rey Adonías!
Y Adonías sacrificó ovejas, y novillos, y animales engordados, junto a la peña de Zohelet, que está al lado de En-rogel, y convidó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de Judá, siervos del rey.
Edificó también torres en el desierto, y abrió a pico muchas cisternas; porque tenía grandes posesiones de ganado, así en la Sefela como en la mesa de Judá; tenía también labradores y viñadores en las montañas, y en el Carmelo de Judá; porque era aficionado a la agricultura.
¶Y había un hombre en Maón, que tenía su hacienda en el Carmelo, el cual hombre era muy rico; pues tenía tres mil ovejas y mil cabras; y a la sazón estaba esquilando sus ovejas en el Carmelo.
¶En seguida Abigail volvió a Nabal; y he aquí que tenía un banquete en su casa como banquete de rey. Y el corazón de Nabal estaba alegre dentro de él; y él estaba muy borracho: por lo cual ella no le dijo palabra, ni poco ni mucho, hasta por la mañana.
Ahora pues he oído decir que haces el esquileo de tus ovejas. Ahora bien, cuando tus pastores estaban con nosotros, no les tratamos mal, y ellos no echaron menos cosa alguna todo el tiempo que estuvieron en el Carmelo.