especialmente aquello del día en que te presentaste delante de Jehová tu Dios en Horeb, habiéndome dicho Jehová: Júntame al pueblo para que yo le haga oír mis palabras, las que aprenderán, para que me teman todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñen a sus hijos.
Y se detuvo el sol, y la luna se paró, hasta que la nación se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el libro de Jaser? Paróse pues el sol en medio del cielo, y no se apresuró a bajar como por espacio de un día entero.