Dijo empero Naamán: Consiente y toma dos talentos. Y le instó, y amarró dos talentos de plata en dos talegas, con dos mudas de vestidos; y diólo a dos mozos suyos para que lo llevasen delante de él.
Se sentaron pues, y comieron los dos juntos, y bebieron. Entonces dijo el padre de la joven al hombre: Ruégote consientas en pasar aquí la noche, y dejes que se alegre tu corazón.