Y dijo el rey de Siria: ¡Ea, anda! que yo enviaré una carta al rey de Israel. Partió pues Naamán, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil siclos de oro, y diez mudas de vestidos.
Dijo entonces el rey de Israel a sus siervos: ¿No sabéis que es nuestra Ramot-galaad; y con todo estamos callados, y no la quitamos de mano del rey de la Siria?
¶Y llegó un hombre de Baal-salisa que trajo al varón de Dios panes de primicias, (veinte panes de cebada, con espigas de trigo nuevo), en su alforja. Y él dijo: Dáselo a la gente, para que coma.
Y llevó la carta al rey de Israel; la cual decía así: Ahora pues, cuando llegare a ti esta carta, sabrás que, he aquí, yo he enviado a ti a Naamán, siervo mío, para que tú le sanes de su lepra.
¶Fueron pues los ancianos de Moab y los ancianos de Madián, con las recompensas de la adivinación en su mano; y llegando a donde estaba Balaam, le refirieron las palabras de Balac.
a los cuales les dijo Samsón: Voy a proponeros un enigma; si de manera alguna me lo declarareis dentro de los siete días del banquete, descubriendo el sentido, entonces yo os daré treinta camisas y treinta mudas de vestidos.