Oye pues la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oraren en este lugar: sí, oye tú desde el lugar de tu morada, el cielo; y cuando oyes, perdona.
EN aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a verle el profeta Isaías hijo de Amoz; y le dijo: Así dice Jehová: Dispón tu casa; porque morirás y no vivirás.
¡Oh, Jehová! ¡acuérdate, te lo suplico, de cómo he andado delante de tu rostro fielmente, y con corazón sincero, y he hecho lo que es bueno ante tu vista! Y lloró Ezequías con llanto grande.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y habiendo cerrado tu puerta, ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto, te recompensará.