Y aconteció que mientras ellos seguían andando y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego, que los separaron al uno del otro; y subió Elías en un torbellino al cielo.
Y oró Eliseo, diciendo: ¡Jehová, ruégote le abras los ojos, para que pueda ver! Y Jehová abrió los ojos del mozo, y vió; ¡y he aquí que el cerro estaba lleno de caballos y carros de fuego en derredor de Eliseo!
¿Está enojado Jehová contra los ríos? ¿o se enciende contra los ríos tu indignación, o contra el mar el desborde de tu ira, para que cabalgues sobre tus caballos, sobre tus carros de salvación?
¡Oye pues, oh Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan delante de ti: porque hombres típicos son! ¡pues he aquí que voy a traer a mi Siervo el VÁSTAGO!