A lo que respondió: Cosa bien difícil has pedido; esto no obstante, si me vieres cuando fuere quitado de ti, te sucederá así; mas si no, no sucederá.
Y anduvo Enoc con Dios, y no fué hallado, porque le tomó Dios consigo.
Y Eliseo le vió, y clamó repetidamente: ¡Padre mío! ¡padre mío! ¡carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vió. Trabando pues de sus vestidos, los rasgó en dos partes.
Hasta ahora no habéis pedido nada en mi nombre: pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea completo.