esperando y apresurando el advenimiento del día de Dios, con ocasión del cual los cielos, estando encendidos, serán disueltos, y los elementos se derretirán con ardiente calor!
Y se consumirá todo el ejército del cielo; y los cielos se arrollarán como un libro; y toda su hueste caerá como la hoja marchita de la vid, o como la fruta ajada de la higuera.
Y se derretirán las montañas debajo de él, y los valles se henderán; como la cera delante del fuego serán, y como las aguas que se precipitan por un despeñadero.
Vendrá empero el día del Señor como ladrón; día en que los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos serán disueltos con ardiente calor; la tierra también y las obras que hay en ella serán abrasadas.
¶Siendo así pues que estas cosas todas han de ser de esta manera disueltas, ¡qué manera de personas debéis ser vosotros, en toda forma de santo comportamiento y piedad,
y diciendo: ¿Dónde está su prometido advenimiento? ¡pues desde que durmieron los padres, todas las cosas continúan como han sido desde el principio de la creación!
pero los cielos de ahora y la tierra, por la misma palabra están guardados para el fuego, siendo reservados para el día del juicio y de la destrucción de los hombres inicuos.