También en avaricia, con palabras engañosas, harán tráfico de vosotros; el juicio de los cuales ya de largo tiempo atrás no se tarda, y su destrucción no se duerme.
Además, los perros son comilones, no conocen la hartura; también los mismos pastores nada saben de inteligencia, todos ellos se apartan por su propio camino; cada cual va tras su ganancia, sin excepción alguna.
Porque desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno es dado a ganancias injustas; y desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.
Por tanto daré sus mujeres a otros, y sus campos a los que los han de poseer; porque desde el menor hasta el mayor, cada uno de ellos es dado a ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.
¿Y a mí me querréis profanar entre mi pueblo, por manojos de cebada y por bocados de pan; haciendo morir las almas que no deben morir, y dando vida a las almas que no deben vivir, por medio de vuestro mentir a mi pueblo que escucha la mentira?
Sus cabezas juzgan por premios, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y con todo, se apoyan en Jehová, diciendo: ¿Acaso no está Jehová en medio de nosotros? ¡no vendrá pues sobre nosotros ningún mal!
¡Oh si hubiere entre vosotros quien cerrase las puertas del Templo, para que no encendierais fuego sobre mi altar en balde! ¡No tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los Ejércitos, ni aceptaré de vuestras manos ofrenda!
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque os tragáis las casas de las viudas, y, por un disfraz, hacéis largas oraciones: por esto llevaréis más abundante condenación.
¶Y armándole asechanzas, enviaron espías, que se fingiesen justos, para cogerle en alguna palabra suya, a fin de entregarle a la jurisdicción y potestad del gobernador.
¶Estando él aún hablando, he aquí una turba de gente; y aquel que se llamaba Judas, uno de los doce, ibadelante de ellos, y acercóse a Jesús para besarle.
porque los tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus mismos vientres; y con palabras melosas y adulaciones, engañan los corazones de los sencillos.
Pues no somos como los muchos que conocéis que hacen un comercio de la palabra de Dios; sino al contrario, como hombres de sinceridad, y como de Dios, delante de Dios, hablamos en Cristo.
Mía es la venganza y la retribución; al debido tiempo resbalará su pie; porque se acerca el día de su calamidad, y se apresuran los males preparados para ellos.
Cuando los hombres estén diciendo: ¡Paz y seguridad! entonces mismo vendrá sobre ellos repentina destrucción, como dolores de parto sobre la que está encinta; y no podrán escaparse.
Porque el obispo ha de ser sin reproche, como que es administrador de Dios; no soberbio, no colérico, no rencilloso, no peleador, no codicioso de torpe ganancia;
Pastoread la grey de Dios que está entre vosotros, ejerciendo la superintendencia, no de necesidad, sino con buena voluntad que sea según Dios; ni por torpe ganancia, sino de ánimo pronto;
¶Porque no fuimos seguidores alucinados de fábulas ingeniosas, cuando os dimos a conocer el poder y advenimiento de nuestro Señor Jesucristo, sino que fuimos testigos de vista de su majestad:
EMPERO había además falsos profetas en medio del pueblo, así como también habrá falsos maestros en medio de vosotros, los cuales introducirán herejías destructoras, renegando aun del Soberano que los rescató, y trayendo sobre sí mismos apresurada destrucción.
¡Ay de ellos! porque andan en el camino de Caín, y se lanzan inconsideradamente tras el error de Balaam, con esperanza de una sórdida recompensa, y perecen en la contradicción de Coré.
para ejecutar juicio sobre todos, y para convencer a todos los impíos de todas las obras impías que han obrado impíamente, y de todas las palabras injuriosas que han hablado contra él los impíos pecadores!
Éstos son murmuradores, quejumbrosos, que andan en pos de sus concupiscencias, y su boca profiere palabras hinchadas, teniendo en admiración las personas de los hombres, por motivos de interés.
Porque se han entrado disimuladamente ciertos hombres impíos (hombres que desde antiguó fueron señalados para esta condenación), los cuales tornan en lascivia la gracia de nuestro Dios, y reniegan de nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.
¶Así como Sodoma y Gomorra, y las ciudades en torno de ellas, de la misma manera que éstos, habiéndose entregado a la fornicación, y yendo descaminados en pos de otra carne, nos están propuestas, como escarmiento, sufriendo el castigo de fuego eterno.