Y el que fue sembrado entre espinos, es aquel que oye la palabra; mas el afán del siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y viene a quedar sin fruto.
¶Por lo cual, amados hermanos míos, estad firmes, inmóviles, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestra obra no es en vano en el Señor.
¶Examinaos a vosotros mismos, y ved si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿Acaso no sabéis respecto de vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que seáis reprobados?
cómo en medio de una grande prueba de aflicción, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza han redundado para aumento de las riquezas de su liberalidad.
Ya pues que abundáis en todo, en fe, en don de palabra, en ciencia, y en toda diligencia; y en vuestro amor hacia nosotros, ved que abundéis en esta gracia también.
en tanto que ellos mismos también, con oración por vosotros, os tienen un ardiente afecto, a causa de la abundantísima gracia de Dios que está en vosotros.
Más aún, todas las cosas las tengo por pérdida, a causa de la sobresaliente excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, Señor mío, por causa de quien lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para que yo gane a Cristo,
para que andéis como es digno del Señor, a fin de que le agradéis en todo, produciendo fruto en todo género de obra buena, y creciendo en el conocimiento de Dios:
Habite ricamente en vosotros la palabra de Cristo, con toda sabiduría; enseñandoos y amonestándoos los unos a los otros, con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gracia en vuestros corazones a Dios.
Y haga el Señor que crezcáis y abundéis en amor, los unos para con los otros, y para con todos, así como nosotros también lo hacemos para con vosotros;
POR lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que según recibisteis instrucciones de nosotros, de qué manera debíais andar y agradar a Dios, así abundéis en ello más y más.
¶Estamos en la obligación, hermanos, de dar gracias siempre, a causa de vosotros, como es digno; por cuanto se aumenta sobremanera vuestra fe, y el amor mutuo de cada uno de todos vosotros, abunda;
así como su divino poder nos ha dado todas las cosas pertenecientes a la vida y la piedad, por medio del conocimiento de aquel que nos ha llamado por su propia gloria y poder;
Porque si después que se hayan escapado de las contaminaciones del mundo, por medio del conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, dejándose enredar otra vez en ellas, son vencidos, se les hace peor el estado postrero que el primero.
Antes bien, creced en la gracia, y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea la gloria, tanto ahora como en el día de la eternidad. Amén.