De edad de cuarenta y dos años era Ocozías cuando entró a reinar, y reinó un año en Jerusalem; y el nombre de su madre fué Atalia, hija de la casa de Omri.
Hizo pues lo que era malo a los ojos de Jehová, a la manera de los de la casa de Acab; porque después de la muerte de su padre, ellos se hicieron consejeros suyos para su perdición.
Porque los hijos de Atalia, aquella mujer inicua, habían hecho roturas en la Casa de Dios; y también habían gastado en los Baales todas las cosas santificadas de la Casa de Jehová.
¿Y no los hizo uno, aunque tenía sobra de aliento vital? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia digna de Dios. Por tanto guardad solícitamente vuestro espíritu, para que ninguno se porte deslealmente para con la mujer de su juventud.