¡deje el malo su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá compasión de él, y a nuestro Dios, porque es grande en perdonar!
Tus adulterios, y tus relinchos, y tu execrable fornicación, sobre los collados y por los campos, todas tus abominaciones las he visto yo. ¡Ay de ti, oh Jerusalem; tú no quieres que se te haga limpia! ¿después de cuánto tiempo aún, ha de ser así?
Mas el vestido (llagado en la urdimbre o en la trama) o cualquier ajuar de pieles, que lavares y se le quitare la llaga, se lavará segunda vez y quedará limpio.
¶Así pues la iglesia tuvo paz por toda la Judea y la Galilea y la Samaria, y fué edificada; y andando en el temor del Señor, y en el consuelo del Espíritu Santo, se iba aumentando.
en medio de los cuales también nosotros todos en un tiempo vivíamos, en las concupiscencias de nuestra carne, cumpliendo los deseos de la carne y de los pensamientos; y éramos por naturaleza hijos de ira, así como los demás.
a fin de fortalecer vuestros corazones, de modo que sean irreprensibles en santidad, delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
¶Y el mismo Dios de paz os santifique del todo; y ruego que vuestro ser entero, espíritu y alma y cuerpo, sea guardado y presentado irreprensible en el advenimiento de nuestro Señor Jesucristo.
a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en el cielo, y Dios el juez de todos, y a los espíritus de los justos, hechos ya perfectos,
Por lo cual, recibiendo nosotros un reino que no puede ser movido, tengamos gracia, por medio de la cual sirvamos a Dios, de un modo que le sea acepto, con reverencia y temor filial:
TEMAMOS por tanto nosotros, ya que queda aún promesa de entrar en el descanso del Señor, no suceda que cualquiera de vosotros parezca al fin haber sido privado de él.
Y si invocáis como Padre a Aquel que, sin acepción de personas, juzga según la obra de cada cual, portaos durante el tiempo de vuestra peregrinación con temor:
Habiendo purificado vuestras almas, en virtud de vuestra obediencia a la verdad, para amor no fingido de los hermanos, amaos los unos a los otros fervientemente, con sencillo corazón;
Y el Dios de toda gracia, que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después que hayáis sufrido por un poco de tiempo, él mismo os perfeccionará, os afirmará, os fortalecerá.
pero si andamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.