Yo dije empero: ¿Cómo te he de poner entre los hijos míos, y darte la tierra deliciosa, la más hermosa herencia de todas las naciones? Y yo mismo respondí: Tú me llamarás: Padre mío; y ya no te volverás de seguir en pos de mí.
Con lloros vendrán, y en medio de suplicaciones yo los conduciré; los haré andar junto a corrientes de aguas, por caminos rectos en que no tropezarán: porque soy un Padre a Israel, y Efraim es mi primogénito.
Porque a los que conoció en su presciencia, los predestinó también para ser conformados a la imagen de su Hijo; para que él fuese el primogénito entre muchos hermanos.