Y a ti también te hubiera sacado de las fauces de la angustia, a un lugar espacioso, donde no hay estrechez; y la provisión de tu mesa hubiera estado llena de grosura.
Oh tú que eres llamada Casa de Jacob, ¿hase estrechado el Espíritu de Jehová? ¿son éstas por ventura obras suyas? ¿no es cierto que mis palabras hacen bien al que anda rectamente?
Pero aquel que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano padecer necesidad, y cierra contra él sus entrañas de conmiseración, ¿cómo podrá habitar el amor de Dios en él?