Por tanto, nosotros de ahora en adelante, no conocemos a nadie según la carne: y aunque hayamos conocido a Cristo según la carne, ahora empero no le conocemos más así.
el cual dijo de su padre y de su madre: No los he visto: ni a sus hermanos conoció, y de sus mismos hijos no hizo caso: porque guardaron tus dichos, y sobre tu pacto vigilaron.
donde no puede haber tales distinciones como griego y judío, circuncisión e incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo, o libre; sino que Cristo es todo y en todos.
Pero la sabiduría que es de arriba, es primeramente pura, luego pacífica, apacible, propensa a complacer, llena de misericordia y de buenos frutos, sin parcialidad, sin hipocresía.
¿Por qué pues habéis pisoteado mis sacrificios y mis ofrendas, que yo he mandado presentar en mi Habitación? ¿y por qué has honrado tú a tus hijos antes que a mí, para engordaros con lo más pingüe de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?