PORQUE sabemos que si nuestra casa terrestre, que es una frágil tienda, fuere deshecha, tenemos de Dios un edificio, casa no hecha de mano, eterna en los cielos.
Mi morada ha sido arrancada, y me es quitada, como tienda de pastor; cual tejedor, he arrollado mi vida; del telar él me cortará; ¡del día a la noche tú acabarás conmigo!
Porque nosotros que estamos en esta tienda, gemimos, estando agobiados, no que deseemos ser desnudados, sino revestidos, para que lo que en nosotros es mortal sea absorbido por la vida.
en el cual también fuisteis circuncidados con una circuncisión hecha sin mano, desvistiéndoos enteramente del cuerpo de la carne, por medio de la circuncisión de Cristo;
Por causa de lo cual también padezco estas cosas; sin embargo, no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy seguro que él es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día.
¶Pero habiendo venido Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por medio del mayor y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación;
Porque no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios por nosotros.
¶Siendo así pues que estas cosas todas han de ser de esta manera disueltas, ¡qué manera de personas debéis ser vosotros, en toda forma de santo comportamiento y piedad,
Amados míos, ahora somos hijos de Dios; y todavía no ha sido manifestado lo que hemos de ser; sabemos empero, que cuando él fuere manifestado, nosotros seremos semejantes a él, porque le veremos tal como es.