Jesús respondió y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le habrías pedido a él, y él te hubiera dado agua viva.
mas el que bebiere del agua que yo le daré, nunca jamás tendrá sed; sino que el agua que yo le daré, será en él una fuente de agua, que brote para vida eterna.
Vosotros empero no estáis en la carne, sino en el espíritu, si es así que el Espíritu de Dios habita en vosotros: mas si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de él.
Porque por un mismo Espíritu todos nosotros fuimos bautizados, para ser constituídos en un solo cuerpo, ora seamos judíos o griegos, ora seamos siervos o libres; y a todos se nos hizo beber de un mismo Espíritu.
De otra suerte, si tú bendices con el espíritu, el que ocupa el lugar del indocto, ¿cómo dirá el Amén al fin de tu acción de gracias? puesto que no entiende lo que tú dices.
Porque conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, siendo él rico, por vuestra causa se hizo pobre, para que vosotros, por medio de su pobreza, llegaseis a ser ricos.
lo que hemos visto pues y oído, eso os lo anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y verdaderamente nuestra comunión es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.