¡AY de la orgullosa corona de los borrachos de Efraim, y de la caduca flor de su hermosura gloriosa, la cual está sobre la cabeza del valle feracísimo, de aquellos pecadores vencidos del vino!
Mas éstos también tambalean a causa del vino, y se han extraviado a causa del licor fermentado; el sacerdote y el profeta tambalean a causa del licor fermentado; han sido tragados del vino, han sido extraviados por el licor fermentado; yerran en visión, tropiezan en juicio.
Porque desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno es dado a ganancias injustas; y desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.
Por tanto daré sus mujeres a otros, y sus campos a los que los han de poseer; porque desde el menor hasta el mayor, cada uno de ellos es dado a ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.
Ni tú ni tus hijos contigo habéis de beber vino ni licor fermentado cuando hubiereis de entrar en el Tabernáculo de Reunión, no sea que muráis: estatuto perpetuo es este durante vuestras generaciones;
Si alguno andando en espíritu profético y falsedad, mintiere, diciendo: Te predicaré de vino y del licor embriagante; este tal será el predicador de este pueblo.
Sus cabezas juzgan por premios, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y con todo, se apoyan en Jehová, diciendo: ¿Acaso no está Jehová en medio de nosotros? ¡no vendrá pues sobre nosotros ningún mal!
Así dice Jehová respecto de los profetas que hacen errar a mi pueblo, los que mientras muerden con los dientes, claman: ¡Paz! y a aquel que no les mete algo en la boca, le declaran solemne guerra:
¡Oh si hubiere entre vosotros quien cerrase las puertas del Templo, para que no encendierais fuego sobre mi altar en balde! ¡No tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los Ejércitos, ni aceptaré de vuestras manos ofrenda!
porque los tales no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus mismos vientres; y con palabras melosas y adulaciones, engañan los corazones de los sencillos.
¶Mas os exhortamos, hermanos, que amonestéis a los turbulentos, que alentéis a los de poco ánimo, que sustentéis a los débiles, y que seáis sufridos para con todos.
Porque el obispo ha de ser sin reproche, como que es administrador de Dios; no soberbio, no colérico, no rencilloso, no peleador, no codicioso de torpe ganancia;
¿DE dónde vienen las guerras y de dónde las contiendas, entre vosotros? ¿No vienen de aquí, a saber, de vuestras pasiones, las cuales guerrean en vuestros miembros?
Pastoread la grey de Dios que está entre vosotros, ejerciendo la superintendencia, no de necesidad, sino con buena voluntad que sea según Dios; ni por torpe ganancia, sino de ánimo pronto;
También en avaricia, con palabras engañosas, harán tráfico de vosotros; el juicio de los cuales ya de largo tiempo atrás no se tarda, y su destrucción no se duerme.
¡Ay de ellos! porque andan en el camino de Caín, y se lanzan inconsideradamente tras el error de Balaam, con esperanza de una sórdida recompensa, y perecen en la contradicción de Coré.
¶Yo Juan, vuestro hermano, y participante con vosotros en la tribulación, y en el reino y la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.