Ahora pues, oye su voz; esto no obstante, protesta solemnemente contra ellos, y pon delante de ellos lo que será el uso del rey que va a reinar sobre ellos.
Porque protesté solemnemente a vuestros padres en el día que los hice subir de la tierra de Egipto, y hasta el día de hoy, madrugando y protestándoles, diciendo: ¡Escuchad mi voz!
Cuando yo dijere al malo: ¡De seguro morirás! si tú no le amonestares, ni hablares para amonestar al malo que se aparte de su camino inicuo para que viva, él, siendo malo, morirá por su iniquidad; pero su sangre yo la demandaré de tu mano.
Y el príncipe no quitará de la herencia del pueblo, despojándolos de su posesión; antes de su propia posesión hará heredar a sus hijos; a fin de que ninguno de mi pueblo sea echado de su posesión.
¶En seguida recitó Samuel al pueblo la ordenanza del reino, y escribióla en un libro, y la depositó en el Tabernáculo, delante de Jehová; luego envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa.
Y hubo guerra cruda contra los Filisteos todos los días de Saúl: y siempre que veía Saúl algún hombre poderoso, o algún hombre valiente, le tomaba consigo.
Y era la usanza de los sacerdotes para con el pueblo, que siempre que alguno hacía sacrificio, se llegaba el mozo del sacerdote, mientras se cocían las carnes, teniendo en la mano un garfio de tres dientes;
Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los hice subir de Egipto hasta este día, dejándome a mí y sirviendo a otros dioses, así también van haciendo contigo.