¶Entonces se le encendió la ira a Moisés en gran manera, y dijo a Jehová: ¡No mires su ofrenda! Yo no he tomado ni un asno suyo, y no he hecho mal a ninguno de ellos.
Mas ellos cayeron sobre sus rostros, y dijeron: Oh Dios, el Dios de los espíritus de toda carne, ¿ha de ser que pecando un solo hombre, tú estalles en ira contra toda la Congregación?
Luego dijo Moisés a Aarón ¡Toma tu incensario, y echa en él fuego de encima del altar, y pon incienso, y vé prontamente a la Congregación, y ponlos a cubierto; porque de la presencia de Jehová ha salido explosión de ira; ha comenzado ya la mortandad!
No os afanéis por cosa alguna, sino que, en todas las circunstancias, por medio de la oración y la plegaria, con acciones de gracias, dense a conocer vuestras peticiones a Dios:
Mas vosotros el día de hoy habéis desechado a vuestro Dios, que os salva de todas vuestras calamidades y de vuestras tribulaciones; pues que le habéis dicho: No, sino que has de poner sobre nosotros un rey. Ahora bien, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus, y por vuestros millares.
Empero cuando visteis que Nahás, rey de los hijos de Ammón, venía contra vosotros, me dijisteis: No, sino que ha de reinar sobre nosotros un rey; siendo así que Jehová vuestro Dios era vuestro rey.
¿No es la siega de los trigos hoy? pues yo clamaré a Jehová, y él dará truenos y lluvias; por donde sepáis y veáis que es grande a los ojos de Jehová el pecado que habéis cometido, pidiendo para vosotros un rey.
¶Y dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega a Jehová tu Dios por tus siervos para que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido esta maldad de pedir para nosotros un rey.