Entonces la línea daba la vuelta desde Baalá hacia el oeste, al monte Seir, y pasaba por el lado del monte Jearim (el cual es Kesalón), por el lado del norte, y bajaba a Bet-semes, y pasaba a Timna.
Las vacas entonces tomando la vía recta por el camino de Bet-semes, seguían un mismo camino, andando y mugiendo; mas sin apartarse a diestra ni a siniestra: y los príncipes de los Filisteos siguieron tras ellas hasta el confín de Bet-semes.
Y el carro vino al campo de Josué bet-semita, y se detuvo allí, donde había una gran piedra. Ellos entonces partieron las maderas del carro, y ofrecieron las vacas en holocausto a Jehová.