¡Esforzaos y sed hombres, oh Filisteos; no sea que vosotros seáis siervos de los Hebreos, como ellos lo han sido a vosotros: sed hombres, pues, y pelead!
Porque los pueblos los tomarán y los traerán a su propio lugar; y los poseerá la casa de Jacob en la tierra de Jehová, por siervos y por siervas. Así tomarán cautivos a aquellos que los cautivaron a ellos, y tendrán el dominio de sus opresores.
¡AY de ti que saqueas, y tú no has sido saqueado, que obras pérfidamente, y no obraron pérfidamente contigo! cuando acabares de saquear, tú serás saqueado; y cuando dieres fin a obrar pérfidamente, obrarán pérfidamente contigo.
Entonces los Hebreos que antes habían estado de parte de los Filisteos, los cuales habían subido con ellos al campamento de en derredor, ellos también vinieron a juntarse con los de Israel que estaban con Saúl y Jonatán.
¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de mano de estos poderosos dioses? Éstos son aquellos dioses que hirieron a Egipto con toda suerte de plagas en el desierto.