Y le preguntó David: ¿Qué ha habido? ruégote me lo declares. A lo que él respondió: Huyó el pueblo del campo de batalla, y también muchos del pueblo han caído y son muertos; y también Saúl y Jonatán su hijo murieron.
Y respondió el mancebo que le traía las nuevas: Por una casualidad me hallé en el monte de Gilboa; y he aquí a Saúl recostado sobre su lanza, y, he aquí, los carros y la gente de a caballo le iban alcanzando.
Entonces fué David y tomó los huesos de Saúl, y los huesos de Jonatán su hijo, de los vecinos de Jabés-galaad, que los habían quitado furtivamente de la plaza de Bet-sán, donde los habían colgado los Filisteos, en el día que los Filisteos mataron a Saúl en Gilboa:
Pero cierto hombre tiró con el arco al acaso, e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura; por lo cual dijo al carretero: ¡Vuelve las riendas y sácame del ejercito; porque estoy gravemente herido!