¡Oh si hubiere entre vosotros quien cerrase las puertas del Templo, para que no encendierais fuego sobre mi altar en balde! ¡No tengo complacencia en vosotros, dice Jehová de los Ejércitos, ni aceptaré de vuestras manos ofrenda!
Él entonces les dijo: Escuchad mis palabras: Si hubiese profeta tal como vosotros, yo Jehová me daría a conocer a él en visión, o en sueños le hablaría.
¶Ana pues levantóse un día en Silo, después de haber ellos comido y bebido; y mientras que Elí, sacerdote de Jehová, estaba sentado sobre una silla, junto a una jamba de la puerta del Templo de Jehová,