al día tercero acaeció que, he aquí, un hombre vino del campamento de los de Saúl, rasgados sus vestidos y con tierra sobre su cabeza. Y fué así que al llegarse a David, postróse en tierra e hizo reverencia.
Entonces clamó Ahimaaz de lejos, y dijo al rey: ¡Bien está! En seguida postróse en tierra ante el rey, sobre su rostro, diciendo: ¡Bendito sea Jehová tu Dios, que ha entregado a los hombres que alzaron su mano contra mi señor el rey!
Vino entonces Mefiboset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, a David, y cayó sobre su faz, y le hizo reverencia. Y dijo David: ¡Mefiboset! Y él respondió: He aquí a tu siervo.
Y aconteció que como ya se iba con él, ella le incitó a que pidiese a su padre un campo; y ella misma se apeó del asno. Por lo cual le dijo Caleb: ¿Qué tienes?
Y aconteció que como ya se iba con él, ella le incitó a que pidiese a su padre un campo; y ella misma se apeó de su asno. Y le dijo Caleb: ¿Qué tienes?
Ella entonces cayó sobre su rostro, postrándose en tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos, para que hagas caso de mí, extranjera como soy?
Fuése pues el muchacho; y David, levantándose de la parte meridional del peñón, cayó sobre su faz a tierra, postrándose tres veces; y ellos se besaron el uno al otro, y lloraron el uno sobre el otro, hasta que David lloró vehementemente.
¶Después de esto levantóse también David, y saliendo de la cueva, dió voces trás Saúl, diciendo: ¡Señor mío, oh rey ! Y mirando Saúl trás de sí, David inclinó la cabeza, rostro por tierra, y le hizo reverencia.
Y, caída a sus pies, dijo: ¡Sobre mí, sobre mí, señor mío, sea esta iniquidad! Permite, te lo ruego, que hable tu sierva en tus oídos, en tanto que escuches las palabras de tu sierva.