Llegando pues Gedeón a los hombres de Sucot, les dijo: ¡He ahí a Zeba y Zalmuna! de quienes me zaheristeis, diciendo: ¿Acaso los puños de Zeba y Zalmuna están ya en tu mano, para que demos pan a tus hombres cansados?
Subió pues de allí a Penuel, y a los de ella habló de la misma manera: mas los hombres de Penuel le respondieron del mismo modo que los hombres de Sucot.
Y el hombre se llamaba Nabal, y su mujer se llamaba Abigail; y era la mujer de despejada inteligencia y de bella figura; mas el hombre era áspero y de malas acciones: y era del linaje de Caleb.
Ahora pues he oído decir que haces el esquileo de tus ovejas. Ahora bien, cuando tus pastores estaban con nosotros, no les tratamos mal, y ellos no echaron menos cosa alguna todo el tiempo que estuvieron en el Carmelo.