Ahora pues, júrame por Dios, aquí mismo, que no te portarás falsamente conmigo, ni con mi hijo, ni con mi posteridad; sino que conforme a la bondad que yo he usado contigo, así lo harás tú conmigo, y con la tierra en donde has habitado.
Y el rey tuvo compasión de Mefiboset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, en atención al juramento de Jehová que había entre ellos, es decir, entre David y Jonatán hijo de Saúl.
Entonces dijo Saúl a David: ¡Bendito seas, hijo mío, David! ¡no sólo emprenderás cosas grandes, sino que también les darás cumplido fin! Con esto David se fué por su camino, y Saúl volvióse a su lugar.