Hirió también a los Moabitas; y los midió con cordel, haciéndolos acostarse por tierra; y midió dos cordeles para hacerlos morir, y un cordel entero para darles vida. Así los Moabitas vinieron a ser siervos de David, y trajeron presentes.
Y las cosas del rey David, las primeras y las postreras, he aquí que están escritas en la historia del vidente Samuel, y en la historia de Natán profeta, y en la historia de Gad vidente;
En seguida colocó a los levitas en la Casa de Jehová con címbalos y con salterios y con arpas, de conformidad con la ordenanza de David, y de Gad vidente del rey, y de Natán profeta; pues de Jehová fué ese mandamiento, por mano de sus profetas.
Cuando, pues, os persiguieren en una ciudad, huíd a otra; porque en verdad os digo que no acabaréis de andarlas ciudades de Israel, hasta que venga el Hijo del hombre.
Y David se fué de allí a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: Ruégote que mi padre y mi madre salgan del monte, para estar con vosotros, hasta que yo sepa lo que Dios va a hacer de mí.