Y todas los animales que andan sobre sus garras, entre cuantos andan sobre cuatro pies, os serán inmundos; todo aquel que tocare sus cuerpos muertos quedará inmundo hasta la tarde:
y el que comiere de su cuerpo muerto, lavará sus vestidos, y quedará inmundo hasta la tarde. Asimismo aquel que sacare su cuerpo muerto, lavará sus vestidos, y quedará inmundo hasta la tarde.
Asimismo todo aquel que sobre la haz del campo tocare algún muerto a espada, o algún difunto, o hueso humano, o una sepultura, quedará inmundo siete días.
Y él contestó: Pacífica; para ofrecer sacrificio a Jehová he venido: santificaos, y venid conmigo al sacrificio. Santificó también a Isaí con sus hijos, y los convidó al sacrificio.
Mas aconteció a la mañana, el día segundo de la nueva luna, que permaneciendo aún vacío el puesto de David, dijo Saúl a Jonatán su hijo: ¿Por qué no ha venido el hijo de Isaí a comer, ni ayer, ni hoy?