Mas habiendo tardado tres días, bajarás prestamente y vendrás al sitio donde te escondiste en el día de este mismo asunto, y te sentarás junto al peñón de Ezel.
Estaba pues el rey sentado en su asiento, como de costumbre, en el asiento junto a la pared. Entonces Jonatán se puso en pie, en tanto que Abner se sentó al lado de Saúl: mas quedaba vacío el puesto de David.
Luego dijo David a Jonatán: Mañana será nueva luna, y yo debiera sin falta sentarme a comer con el rey: esto no obstante, tú me dejarás ir, me esconderé en el campo hasta la tarde del día tercero.