¶Volvíme, y observé que debajo del sol la carrera no es de los ligeros, ni la batalla de los fuertes; ni tampoco de los sabios el pan, ni de los entendidos las riquezas, ni de los inteligentes el favor; sino que el tiempo y la casualidad les tocan a todos ellos.
Dirán: ¿Por qué nos quedamos sentados? Congregaos, y entremos en las ciudades fortificadas, y estaremos allí callados; puesto que Jehová nuestro Dios nos ha reducido a silencio, y nos ha dado a beber agua de hiel, por haber pecado contra Jehová.
Día de ira es aquel día; día de apretura y de angustia, día de devastación y desolación, día de tinieblas y de espesa obscuridad, día de nubes y de densas tinieblas;
Y respondiendo, me dijo así: Ésta es la palabra que dice Jehová a Zorobabel: ¡No por esfuerzo, ni con poder, sino por mi Espíritu! dice Jehová de los Ejércitos.
¶Mas sabemos que cuanto dice la ley, ella lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca enmudezca, y el mundo todo se tenga por reo delante de Dios.
olas embravecidas del mar, que espuman sus propias obras vergonzosas; estrellas errantes, a quienes ha sido reservada la negrura de las tinieblas para siempre!
¶Amados míos, poniendo yo todo empeño en escribiros respecto de nuestra común salvación, me veo en la necesidad de escribiros, exhortándoos que contendáis con tesón por la fe que una vez fué entregada a los santos.
Y ahora, señor mío, por vida de Jehová, y por la vida de tu alma, ya que Jehová te ha estorbado el venir con derramamiento de sangre, y el salvarte por tu propia mano; ahora pues, digo, ¡sean como Nabal tus enemigos y los que procuran el mal de mi señor!